¿Cómo evitar los diferentes tipos de humedad?
Lo primero es conocer bien los tipos de humedades que pueden surgir para así saber cuál es la mejor forma de evitar que salgan. Hay cuatro categorías principales: las humedades por filtración, las provocadas por condensación, las humedades accidentales y las provocadas por capilaridad o ambientales:
Por filtración: para evitar este tipo de humedades lo mejor es revisar periódicamente el estado de las fachadas y renovar y/o reparar, según sea necesario, para evitar que aquellos problemas que un primer momento pueden suponer únicamente un problema estético, con el tiempo acaben generando daños a otros elementos constructivos o estructurales. Por tanto, se deben limpiar los paños de fachada, así como renovar el sellado de juntas, las piezas dañadas, las pinturas y barnices, etc.
Por condensación: puede producirse de dos maneras, cada una con su respectiva medida para combatirlo. Si la condensación se produce por fuera del hogar las humedades pueden prevenirse con un buen sistema de aislamiento y contando con espacios bien ventilados. Por el contrario, si la condensación está por dentro lo más recomendable es reparar la fachada disipando el vapor de agua hacia el exterior, manteniendo una temperatura adecuada en la vivienda y una buena calidad del aire interior, lo que puede lograrse ventilando.
Accidentales: en el caso de este tipo de humedades hay que revisar el estado de conservación de canalones, bajantes y sumideros, manteniéndolos siempre limpios y en buen estado para así prevenir su aparición. Además, en el caso de detectar roturas de conductos, se deben reparar lo antes posible para que las fugas de agua no afecten a otros elementos constructivos o estructurales. En este sentido, se tiene que prestar especial atención cuando se instalan antenas, equipos de aire acondicionado... vigilando siempre para no dañar la impermeabilización de la envolvente.
Capilaridad o ambientales: cuando la humedad se traspasa a través del terreno en pisos bajos o sótanos, hay que tener cuidado de que las fachadas, muros y suelos que estén en contacto no sufran ningún deterioro. En el caso de disponer de una cámara sanitaria bajo el suelo del edificio, no se han de cerrar las aperturas de ventilación, que se tienen que mantener libres de obstáculos.
¿Cómo puedo detectar el tipo de humedad?
Según Colegio de Administradores de Fincas de Madrid las humedades en las viviendas pueden ser, no solo un problema de salubridad, sino que pueden provocar que el precio de la vivienda se reduzca considerablemente.
Además, en lo relativo a lo daños materiales, las humedades provocan deterioro de la pintura y de los elementos de madera o aquellos en contacto con las humedades. Desde el punto de vista de la salubridad son el origen de muchas enfermedades respiratorias, como las alergias, asma, sinusitis, etc. Son más susceptibles los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos, por tener menos defensas en su sistema inmunológico.
Por filtración: pueden aparecer en casi cualquier superficie de la vivienda, aunque son muy habituales en techos, debido a un deterioro de la cubierta o terraza, y en ventanas.
Por condensación: aparecen en las superficies de la vivienda que tienen una temperatura inferior al punto de rocío. Habitualmente son zonas mal aisladas o con un exceso de humedad. Suelen darse en estancias donde hay vapor de agua, como es la cocina o el baño. Una secadora puede generar el tipo de clima adecuado para este tipo de humedades.
Accidentales: se dan por un mal mantenimiento, fisuras en las bajantes, fugas de agua...
Por capilaridad: se dan por contacto directo con el terreno, por lo que son habituales en casas y viviendas unifamiliares. Se dan en las plantas bajas y suelen desde la zona baja hasta llegar al metro.
No olvidemos que las humedades hay que combatirlas cuanto antes, en cuanto aparecen. Para ello, ante cualquier señal o principio de humedad lo primero que se debe hacer es contactar con un técnico cualificado para descubrir el problema y resolverlo antes de tapar la mancha. Recordemos que el agua va buscando el camino fácil y rápido, por lo que cuanto antes lo paremos menos se verá afectado el resto del edificio.
Una manera fácil y económica de evitar las humedades es ventilar todos los días al menos: 10 min
Un ambiente agradable debe tener una humedad relativa entre 50 y: 60%
Las mejores herramientas con las que contamos son los materiales de construcción. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que cuanto mejor esté preparada nuestra casa para combatir la humedad, menos problemas de este tipo tendremos. ¿Qué tipo de soluciones son recomendables?
- Ventanas con doble acristalamiento y rotura del puente térmico.
- Aislante térmico y acústico para las paredes.
- Pintura anticondensación.