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¿Por qué es necesario utilizar un puente de adherencia en el concreto liso? 

El concreto liso presenta una superficie con un aspecto vidrioso sin porosidad o con una porosidad muy baja, lo que impide una buena adherencia de los morteros de revestimiento y de los morteros monocapa, los cuales actúan mediante la adherencia mecánica debido a su naturaleza a base de cemento.

Por esta razón, el uso de un puente de adherencia, también llamado imprimación, es ahora obligatorio. Normalmente está compuesto por resinas que aseguran la adherencia mediante un contacto químico, además de cargas minerales y partículas para favorecer la rugosidad de la superficie y mejorar la adherencia. En última instancia, este puente de unión es crucial para lograr la adhesión de los revestimientos sobre una superficie sin absorción, como el concreto liso.

Para los revestimientos cerámicos: ¿Por qué utilizamos paneles más pequeños si la cerámica a colocar es grande?

Cuando colocamos un revestimiento cerámico, es importante tener en cuenta que el comportamiento frente a los cambios de temperatura varía entre ciertos materiales, como la propia cerámica, y otros materiales más comúnmente utilizados como soporte. Por esta razón, es necesario dejar juntas de colocación entre las piezas de cerámica, rellenándolas con mortero de juntas MORCEMCOLOR, lo que ayudará a absorber las diferencias de movimiento entre el soporte y la cerámica.

En superficies grandes y en situaciones especialmente delicadas, como las paredes exteriores, es necesario reforzar estas juntas entre las piezas con juntas ligeramente más grandes, rellenándolas con materiales altamente elásticos, como un sellador de la gama PUMALASTIC. Es importante hacer un mayor número de juntas de dilatación, cuanto menos juntas de colocación haya, es decir, cuanto más grande sea el tamaño de las piezas colocadas.

Eflorescencias: ¿qué son, cómo prevenirlas y tratarlas?

Una de las patologías más frecuentes que se produce en las fachadas son las eflorescencias. Se trata de manchas blanquecinas de aspecto irregular que aparecen en superficies que han sufrido humedad. A medida que la superficie se seca y el agua se evapora, algunas de las sales solubles en el agua se cristalizan, provocando la aparición de eflorescencias. 

Los principales causantes de este problema son las precipitaciones y el exceso de humedad. Para prevenir y tratar las manchas de eflorescencia, es fundamental proteger las superficies frente a estos factores.

Causas y tipos de eflorescencias 
Las eflorescencias, también llamadas salitre o alcalinidad, además de ser un problema estético, pueden suponer un peligro para el soporte sobre el que se encuentran, ya que pueden deteriorarlo gravemente. Generalmente, esta patología se manifiesta en superficies de hormigón, ladrillo y piedra. Estos son algunos de los principales factores que provocan su aparición:

• Materiales de construcción muy porosos que contienen sales solubles. 
• Condiciones meteorológicas como lluvia y bajas temperaturas. 
• Humedad por capilaridad o por condensación.

Se pueden distinguir dos tipos de eflorescencias:

• Eflorescencia primaria: es aquella que se forma en las obras recién acabadas como consecuencia de la humedad. Aunque su aparición suele ser inevitable, desaparece al poco tiempo sin dejar rastro. 
• Eflorescencia secundaria: se trata de aquella que aparece en obras más antiguas por una mala construcción o una elección de materiales inadecuados. También puede aparecer, como hemos visto anteriormente, por alta porosidad o humedad.

¿Cómo prevenir y tratar la aparición de eflorescencias? 
Esta molesta patología se puede prevenir de diferentes formas. En el caso de superficies de nueva construcción, se debe tener especial cuidado a la hora de seleccionar los materiales adecuados. En esta fase, es importante evitar el uso de aguas calcáreas y morteros con una alta alcalinidad. También es esencial respetar los tiempos de secado de cada material utilizado en la construcción.
En el caso de superficies existentes, es fundamental controlar la humedad. Como hemos comentado antes, tanto la humedad por condensación como la humedad por capilaridad pueden causar eflorescencias. Cada una de ellas se debe tratar de forma diferente: en el caso de las condensaciones, la solución es aplicar un sistema de aislamiento térmico; mientras que en el caso de la humedad por capilaridad será necesaria una mejora constructiva, ya que éstas provienen del subsuelo.
Sin embargo, si ya han aparecido las manchas provocadas por las eflorescencias, entonces la medida principal es limpiar y, luego, aplicar una nueva medida de protección sobre el soporte. La forma más sencilla de eliminarlas es con agua a presión y un cepillo, pero en ocasiones es necesario utilizar un limpiador específico para este tipo de patologías. Tras la limpieza, es importante dejar que se seque completamente la superficie para evitar que vuelvan a aparecer manchas o problemas de humedad.
Para completar el proceso y evitar que vuelvan a aparecer estas antiestéticas manchas, es recomendable aplicar una protección adicional a la fachada, como la aplicación del ANTISALMOR, un aditivo con base acuosa, indicado para eliminar y prevenir la apariencia de las eflorescencias en los revestimientos habituales de obras, como morteros, hormigón, ladrillos, hormigón armado, piedra natural, etc… Este aditivo tiene una alta capacidad de penetración en el soporte y una gran capacidad para disolver sales. Previene la cristalización de las sales en la superficie tratada. Es transparente, incoloro y capaz de unir partículas sueltas o con poca adherencia.

Cuando arranco una pieza de gres porcelánico que fue colocada con PEGOLAND PORCELANICO, la pieza sale limpia. ¿Significa esto que no estaba bien adherida?

En absoluto. Cuando trabajamos con piezas tipo Gres Porcelánico, cuya absorción es prácticamente nula, el método de agarre entre el adhesivo y la pieza no es el tradicional. Necesitamos utilizar un adhesivo cementoso con un alto contenido en resinas que proporcione una adherencia química. Este tipo de adherencia no es por penetración del mortero en los poros de la pieza, sino que es una adherencia superficial.

Es por esto que la pieza sale limpia, ya que no tiene poros por los que pueda penetrar el mortero, pero el agarre es el adecuado gracias a la adherencia química que proporcionan las resinas.

¿Por qué no puedo aplicar un mortero por debajo de 5ºC ni por encima de 30ºC?

La temperatura de aplicación de los morteros es un factor muy importante a tener en cuenta.
No podemos aplicar por debajo de 5ºC por varios motivos:

• Por debajo de esta temperatura corremos el riesgo de que se formen cristales de hielo en el agua del mortero, evitándose así que el aporte de agua al mortero sea el adecuado produciéndose un fraguado incorrecto del cemento. Esto puede dar lugar a fisuras, falta de consistencia del mortero, etc.
• Además, a estas temperaturas, el fraguado del cemento se ralentiza y no se consiguen las resistencias finales que conseguiríamos en condiciones normales.

No podemos aplicar por encima de 30ºC porque a estas temperaturas se produce una evaporación del agua del mortero. Esto hace que el aporte final de agua al mortero sea menor del necesario y así, el mortero queda disgregado y sin fuerza, pudiendo aparecer fisuras.

Para evitar que esto ocurra, cuando trabajemos en días muy calurosos, debemos procurar no trabajar a las horas de más calor, sino a primera hora de la mañana y última de la tarde. En caso de trabajar en una fachada sobre la que incida el sol, es conveniente protegerla con toldos que impidan que reciba el sol directo.